El Getsemaní fue uno de los lugares donde nuestro Señor Jesucristo, dejó ver sus emociones a flor de piel, jamás lograremos comprender a plenitud todo lo que significó para él, su paso por el huerto de los olivos.
Sin embargo sabemos, que así como nuestro Señor vivió su Getsemaní, sin duda alguna nosotros también pasaremos muchas veces por el.
El Getsemaní, un lugar de prueba, agonía y tristeza; pero también un lugar para estar en intimidad con Dios y para rendir toda nuestra voluntad a Él.
"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú". Mateo 26:36-39
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